II. Espacio y Tiempo

Los acontecimientos están inscritos dentro de un espacio singular, no solo un lugar geográfico, sino un soporte dramático que produce efectos y sentidos y es construido. El relato fílmico puede, al contrario de la literatura, mezclar acontecimientos simultáneos. Polifonía informacional

Cuando vemos una película hacemos una tele transportación espacial. Eso significa que tenemos que salir de la sala de cine y adentrar en el espacio fílmico, en el universo de la película, en la diégesis.

Una secuencia cinematográfica es el producto de una rearticulación constante del campo y del fuera de campo. Encuadrar es admitir en el campo y descartar el fuera de campo (la relación entre el espacio mostrado y el espacio no mostrado). Por su mera presencia, el encuadre ya instituye una exclusión.

Articulación espacial entre dos planos:
1) Identidad – “aquí mismo”;
2) Alteridad:
a. Contigüidad – “aquí”, como en una conversación campo-contracampo;
b. Disyunción:
i. Proximal – “allá”: cuando la cámara nos hace franquear dos espacios adyacentes separados por un muro, sin pasar por el intermediario de un personaje que nos lleve de uno a otro;
ii. Distal – “más allá”: Nosferatu (1922) o en una llamada telefónica – otros espacios, “más allá”.

Tenemos que diferenciar el espacio de la historia (construcción mental derivada de las imágenes que suscitan las palabras (en la literatura) del discurso, que reduce a mero esquema la totalidad del universo de la historia:

Ejes principales:

1) In (en campo)/ Off (fuera de campo)
2) Estático/Dinámico – según la movimentación de los personajes y/o la cámara
3) Orgánico/Disorganico – según se presente más o menos conexo o unitário, más o menos caótico, disperso o fragmentado

La impresión de realidad que la imagen suscita en el espectador proviene de la adecuación entre dos construcciones culturales: a) el espacio diegético de la narración fílmica, que reúne los signos que se precisan para representar un espacio, conforme una imagen culturalmente aceptada; b) las imágenes del espacio preexistentes en la mente del espectador (y de su imaginario).

Sin embargo, el espacio cumple otras funciones, como:
a) Organización del material narrativo: producir sensación de cohesión y coherencia;
b) Verosimilitud;
c) Género: constitución particular del espacio, por ejemplo en las películas de western;
d) Elemento caracterizador de personajes: una crisis personal, una ruptura;
e) Exponente de relaciones psicológicas o índole ideológica: cerca/lejos; protección/indefensión – el espacio en que viven los personajes es, en cierta medida, una proyección de ellos mismo (espacio como elemento caracterizador de los personajes)

Incluso en algunas películas en las que el espacio inicialmente no parece poseer más valor que el referencial, va adquiriendo valores añadidos a medida que se desarrolla el discurso.

En el cine todo está siempre en el presente. El filme como objeto estaría en el pasado (ha filmado una acción que ha ido); la imagen fílmica estaría en presente (sigue la acción “en directo”), de modo que el espectador siempre percibe el movimiento como actual.

Todo relato plantea dos temporalidades: la de los acontecimientos relatados y la relativa al acto mismo de relatar. Así pues, el relato tiene una temporalidad específica, distinta de la historia, y articulada en tres niveles:

1) El orden – la sucesión de los acontecimientos;
2) La duración – comparando el tiempo que duran en la diégesis y en que tardamos a narrarlos;
3) La frecuencia – el número de veces que tal o cual acontecimiento se halla evocado por el relato en relación al número de veces que se supone que sobreviene en la diégesis.

En respecto a la orden, tenemos la analepsis (la vuelta atrás) y la prolepsis (el salto adelante), llevando en cuenta el relato de base, que puede ser definido generalmente por la primera escena del inicio.

Para la duración, tomemos en cuenta el tiempo de la historia y el tiempo del relato.

a) Sumario, resumen (lo más habitual): Th (80 anos) >Tr (2h);
b) Descripción, pausa – no transcurre ninguna acción (algunos documentales): Th=0; Tr=x (tiende al infinito);
c) Elipsis: corresponde a un silencio textual (narrativa) acerca de ciertos acontecimientos que, según la diégesis, han tenido lugar. Característico en películas de suspense, ocurre una supresión temporal, contradictoria por definición: Th=x; Tr=0;
d) Escena (diálogo): Th=Tr (plano-secuencia);
e) Dilatación (cámara lenta, varias perspectivas): Th

Finalmente, la frecuencia es la relación establecida entre el número de veces que se evoca tal o cual acontecimiento en el relato y el numero de veces que se supone que ocurre en la diégesis. El caso más común es cada secuencia constituida por planos que muestran una acción o un gesto particular. El relato progresa aportando informaciones narrativas siempre nuevas.

Relatos singulativos (un relato para una historia), repetitivos (n relatos para una historia), iterativos (un relato para n historias – un acontecimiento presentándonos a diferentes presos o “los hombres y las mujeres se arrodillaban mientras la procesión seguía su camino”, nos mostrando las acciones individuales en raccords),